Sientela.

“PELUQUERIA”

. Mi profesión.

Esta profesión es un arte que muy pocos llegan a entender, solo quienes la sienten, quienes la aman, quienes disfrutan creando belleza (porque de eso se trata), quien disfruta realizando trabajos manuales sobre el cabello, creando colores, cortes, mil y un peinados…. Solo esos entendemos esta maravillosa profesión.

Es una profesión muy sufrida y poco valorada; muchas horas de pie, sueldos “bajos”…etc. Pero a su vez es una profesión que enamora cada día, en la cual, cada día aprendes algo nuevo, trabajas de cara al publico, y que mayor recompensa después de realizar un trabajo, que la cara de tu cliente cuando te da las GRACIAS?. Es una profesión en la que te sientes realizado, en la que poco a poco vas creciendo como profesional y como persona.

La peluquería, bajo mi punto de vista, está mal valorada gracias a personas que se dedican a ella por hacer algo, por no querer estudiar… etc. No me gustaría que en un futuro mi profesión siguiera teniendo esa absurda valoración, por eso, día tras día miles de compañeros se levantan para que la peluquería llegue a estar valorada como se merece; como un arte.

Personalmente, me ha costado mucho poder dedicarme a esto, por unos motivos u otros, en mi familia no estaba muy bien valorada la profesión de la que yo me había enamorado; y bien… aquí estoy, después de mucho esfuerzo, ya casi estoy terminando mi curso como oficial de peluquería. Premiada con una beca, habiendo conseguido unas maravillosas prácticas pagadas en un estupendo salón de belleza, y con un máster por venir… Echo la vista atrás y veo a una niña, intentando poner un rulo, en la que su misión del día en el lava cabezas era NO MOJAR A LA CLIENTA! ¡Que buenos momentos recuerdo!

Esta profesión desde que la empecé me ha dado muy buenos momentos, me han sabido valorar como profesional (recuerdo el día en que me dieron la beca…lloraba de emoción) y ahí básicamente fue cuando dije, “esto es lo mío”. He tenido la suerte de tener unas profesoras que son unas pedazo de profesionales a las cuales les voy a deber siempre mi futuro.

Siempre me ha gustado hacerle caso a los consejos de mis padres… y cuando por fin permitieron que me formara en peluquería, recuerdo la única frase de mi padre:

“Si quieres ser peluquera, SE PELUQUERA, pero a mi no me valen las de medias tintas, si quieres ser peluquera, tienes que ser, LA MEJOR”.

Y aquí estoy, abriéndome paso en esta profesión; en unos meses ya me tocara volar sola, sin que mis profesoras me corrijan y me lleven de la mano. Y por fin podre decir eso de: SOY PELUQUERA! Y unirme a ese grupo de compañeros que todos los días lucharemos para que a esta maravillosa profesión se le de su merecida valoración. Y personalmente… para llegar a ser LA MEJOR.